La Fundación

A menudo me preguntan por qué me he dedicado a los cuidados paliativos, por qué en un momento dado la enfermedad avanzada y el final de vida de las personas pasó a ser mi principal tarea profesional.

Parte de la respuesta tiene que ver con una dolorosa experiencia personal que me llevó a contactar con una realidad que solo conocía desde el otro lado, la del médico de familia que soy. Dicha experiencia fue el detonante para comprender el desconcierto, el desamparo, el miedo y otros sentimientos de soledad y vulnerabilidad que impactan a las familias en estas situaciones.

A partir de ahí, mi entrada en el mundo de los cuidados paliativos y mi dedicación a los enfermos al final de la vida me permitió vivir en directo cuántas necesidades surgen y lo poco preparada que está nuestra sociedad para atenderlas desde una perspectiva integral y no estrictamente médica, porque el sufrimiento es multidimensional.

Y ese fue el origen de la Fundación Paliaclinic, poner en marcha el sueño de acompañar, aliviar y prestar apoyo a quienes están pasando por ese momento único vinculado a la enfermedad avanzada o al final de la vida, y hacerlo sobre todo allí donde las necesidades son mayores, como es en el propio domicilio.

Mediante nuestros programas estamos al lado de los que sufren, y especialmente de quienes son más vulnerables por falta de recursos o por otras circunstancias (como en el caso de los niños), contribuyendo con todo aquello que va más allá de lo que el sistema sanitario proporciona para hacer posible una vivencia menos dolorosa y más cálida y acompañada.

Aportamos ayudas de tipo práctico que faciliten el día a día, pero también ofrecemos soporte emocional desde diferentes tipos de terapia, y acompañamos mediante lo más valioso que tenemos, nuestros voluntarios.

En definitiva, llevamos humanidad allí donde tanto se necesita y valora para humanizar la experiencia del sufrimiento y hacerlo así más tolerable.

Joan Carles Trallero

Presidente de la Fundación Paliaclinic